El diseño es parte sustancial del hotel y de una estancia memorable.
Ahora más que nunca el diseño está presente en nuestra vida cotidiana. Todos los objetos que nos rodean y utilizamos se comunican con voz propia y generan sensaciones. El concepto del nuevo hotel valora el tono persuasivo del diseño y lo utiliza para transmitir personalidad y diferenciación.
La industria hotelera se esfuerza en evolucionar y en crear experiencias únicas y convertirse en un destino en sí mismo. La meta es satisfacer de modo creativo a una sociedad y a una generación de huéspedes que dispone de una ingente cantidad de información y de opciones. Se impone la tecnología, la personalización, el hotel temático y el de paisaje, así como la integración del concepto ecológico. El objetivo es diferenciarse de la competencia y conseguir una estancia memorable para que el cliente vuelva.
Experiencia en clave de personalización.
La individualización con diseños y objetos que cuenten historias están ganando terreno. Está es una tendencia que tiene con un gran número de seguidores. El hotel se convierte, entonces, en una plataforma o en una cápsula del tiempo-espacio, que nos transporta a un contexto único.
Un caso de éxito es el Hotel de Lego que. abierto inicialmente en Dinamarca, se ha extendido como la pólvora llegando a California, Alemania, Reino Unido, Florida, Malasia y Dubai. Los ejemplos son innumerables: hoteles del juguete, del arte, del perfume, del espacio, del hielo y un largo etcétera. Todos ellos con un denominador común y es que derrochan diseño por los cuatro costados.
Cuando la inspiración es el lugar
Puede ser la zona, el barrio o el edificio. Tomar en cuenta el contexto es otra importante oportunidad para aquellos que cuentan con espacios singulares. Los lugares históricos, por ejemplo, crean un diálogo con la modernidad. Los detalles de su arquitectura e interiorismo original, como suelos, paredes u otros bien conservados , pueden verse realzados con otros más modernos, dando un resultado excelente.
Los hoteles orgánicamente integrados al paisaje están logrando muchos adeptos. Si a unas hermosas vistas añadimos una decoración con elementos de la naturaleza y la cultura del lugar, se convierten en un acierto pleno. El diseño tiene que buscar entonces estructuras de bajo impacto ambiental y materiales locales. Unificar zonas interiores y exteriores da buen resultado, especialmente en hoteles donde encontramos jardines, patios o terrazas en niveles. Paneles de madera, decoraciones de piedra, una zona verde cubierta o fuentes y cascadas, son elementos empleados para conseguir un efecto genuino.
El nuevo hotel es un universo con sentido
Concebir espacios coherentes con su época y emplazamiento, que sean capaces de crear vínculos entre la gente -turistas, habitantes de la zona y los propios empleados- es un reto. Sean cuales sean las características del hotel, lo que no puede fallar es la armonía entre las distintas estancias. Mantener una línea común en el diseño y en consonancia con la imagen que se quiere proyectar es imprescindible.
Las zonas comunes son tendencia
El vestíbulo, al igual que otras áreas comunes, evoluciona. En hoteles pequeños el tradicional mostrador se reemplaza por un escritorio y se recepciona al cliente con una tableta, mientras se le ofrece una bebida como bienvenida. En los hoteles grandes y de negocios, los vestíbulos se conciben como espacios de múltiples usos. En este caso, la tendencia es que cuenten con zonas tanto íntimas como sociales, con muebles funcionales y cómodos.
Pasillos y ascensores también han dejado de ser para el nuevo hotel un mero tránsito. Ahora se plantean como una oportunidad para aportar un toque especial llenos de calidez y calidad o con motivos singulares. Lo mismo ocurre con los baños comunes.
Habitaciones únicas para elegir
El mobiliario convencional ya no es suficiente, los clientes de hoy esperan ser sorprendidos. Son ya muchos los hoteles que plantean cada una de sus habitaciones con complementos visuales únicos y diferentes, con imágenes, texturas o tratamientos de pared inesperados. Los cabeceros se eliminan y en su lugar se recurre a espectaculares fotografías y cuadros para crear una simbiosis con el lugar.
El restaurante, ese espacio tan importante
Que la comida sea buena y esté bien preparada es la base fundamental de un restaurante. Sin embargo, cuando salimos buscamos algo más. Todo influye el estilo y el diseño pero también la música y los olores. La percepción de sabor no se crea exclusivamente a través del sentido del gusto sino que se construye a partir de múltiples fuentes.
Más y más restaurantes de hotel pueden convertirse en espacios memorables por medio de la creatividad. Temáticas variadas, calidad, pasión y confianza. En definitiva, atendiendo al aspecto emocional.
Elementos como el menú, la carta en que se muestra, la presentación del producto, la distribución del local y su diseño y, por supuesto, la atención y el servicio al cliente, darán como resultado un espacio que puede resultar vacío o pleno de experiencias para los comensales.