El logotipo es el elemento que identifica nuestra marca sobre cualquier material o producto.
El logotipo es la primera pieza en la construcción de lo que será una identidad corporativa. Es la cara visible de un proyecto y sirve para que podamos identificarlo, diferenciarlo, captar su esencia y personalidad en un sólo vistazo. No es, por tanto, un elemento trivial.
A muchos el diseño de un logotipo les parece algo sencillo ya que hoy en día algunas herramientas digitales han facilitado su creación. De hecho, muchas empresas deciden no gastar recursos en ello sin apreciar que están escatimando en su propia imagen.
Sin embargo, una imagen que pretende ser reconocible y duradera, por medio del uso de formas, colores y tipografías, necesita también de un manual básico que recoja las normas de uso de esa imagen y un manual de identidad corporativa que recopile la normalización de sus aplicaciones en diferentes soportes.
Logotipo e identidad corporativa
En primer lugar, hay que explicar la diferencia entre tres conceptos que en algunas ocasiones dan lugar a confusión, sobre todo entre los usuarios que no están acostumbrados a manejarlos:
- Logotipo: es la representación gráfica de una marca. Esta imagen puede estar compuesta por texto, por una combinación de texto y elementos gráficos o sólo por algún elemento gráfico. Una marca bien planteada incluye adaptaciones a diferentes versiones y es reconocible por cualquiera de ellas.
- Imagen corporativa: consiste en el funcionamiento del logotipo. Para ello, se diseña un patrón de acuerdo a sus posibles usos -como va sobre un fondo determinado, con qué colores se puede combinar, que tipografías se pueden utilizar, etc.- En definitiva, busca la coherencia en el diseño de todos los elementos, desde la papelería hasta cualquier otra pieza que podamos imaginar.
- Identidad corporativa: todo lo anterior y mucho más. Cuando la empresa alcanza una personalidad claramente definida y diferencial se reconoce incluso sin ver su nombre y se consigue con un diseño absoluto: colores de uniformes, equipamiento de oficinas o comercios, packaging, etc.
El logotipo es la firma de tu marca
El logotipo es la firma de un proyecto que siempre aspira a hacerse más grande y que estará presente en todos sus productos o servicios.
Es un elemento que tiene que proporcionar información esencial a los clientes potenciales y, por eso, estar ajustado a un perfil de negocio y a sus necesidades. Para que el logotipo funcione bien y a largo plazo hay que pensar en todas las variables y necesidades que se darán en el futuro.
¿Conoces bien las funciones del logotipo?
Un logotipo bien diseñado, además de resultar atractivo, tiene que cumplir otras funciones:
- Construye una identidad: el logotipo es la primera y principal seña de identidad que refuerza nuestra imagen. La parte visual es lo primero que se reconoce y se asocia de inmediato con una empresa o marca.
- Nos distingue y hace fácilmente identificables: el logotipo diferencia unas marcas de otras. Nuestro diseño tiene que ser único frente a la competencia.
- Transmite confianza: otorga una mayor confiabilidad. El logotipo transmite valores, habla del carácter de nuestro proyecto y de su actividad. El color y la forma siempre cuentan con una simbología característica que sirve para transmitir un mensaje.
- Conecta con nuestro público objetivo: los clientes potenciales deberían identificarse con nuestro logotipo, por eso debe tener también algo de su personalidad
- Respalda a nuestro personal: consigue que los empleados crean en el producto o servicio que ofrecen. Se sienten más seguros con un buen diseño que los represente.
Existen muchas compañías cuyos logotipos ya han pasado a ser parte de nuestra cultura, incluso están consideradas como piezas del arte actual. Seguro que ninguna de ellas ha dejado nada al azar.
Cada cliente es un caso distinto y nuestro trabajo es hacer llegar a su público su proyecto, ideas, filosofía y valores a través de una imagen. Para ello se necesita creatividad, información y mucho oficio.