Si en tu empresa lanzáis productos nuevos a menudo, sabes que en la comercialización puedes encontrarte con algunos obstáculos. Por lo que tenemos que utilizar todas las herramientas más eficaces que tengamos a la mano.
A la hora de exhibir de forma efectiva el producto y generar ventas, contaremos una buena historia. Decía Hitchcok que «una buena historia, es la vida misma sin las partes aburridas». En el diseño o en el branding debe funcionar de la misma forma, quitamos todo lo superfluo para llegar a la esencia. Contar una historia que pueda tocar las emociones de nuestros potenciales clientes.
Aunque esto sería lo ideal, no tiene por qué ser la forma cómo se creó el producto, siempre se puede hablar, de cómo ayuda a las personas en su día a día, o cómo puede facilitar la vida de algún modo… por ejemplo.
Al vincular una historia al producto, los clientes sentirán esa conexión personal, ese impulso necesario para decidir comprarlo.
Es difícil que tu producto sea el único en un mercado tan saturado, es seguro que tiene competencia, ¡puede que mucha!. Superar lo que están haciendo tus competidores, es parte de tu trabajo.
Mejorar los servicios, calidad, atención al cliente.. y otros muchos factores que entran en el juego… si para muchas empresas es más fácil vigilar a la competencia y copiar lo que hace, resulta más razonable, sano y seguramente efectivo, hacer justo lo que ellos no hacen, esforzarse en distinguirse y sobresalir.
Un producto que rompe moldes, creerme que resulta más atractivo y llama mucho más la atención.